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Lavado Do Bomfin

LAVADO DO BONFIM

Fiesta do Senhor do Bonfim.- Es el festejo más conocido
de Salvador constando, en la parte jerárquica, de la
celebración de una misa solemne que cierre la bellísima
novena, que es acompañada por coral y orquesta.
El jueves antes del domingo de Bonfim, ocurre el
Lavado de Bonfim, que envuelve toda la población
soteropolitana y es uno de los mayores apelos turísticos
de la ciudad. El cotejo, que consta con bahianas
ricamente vestidas, llevando vasijas con flores y
agua perfumada, parte de la escalera de la Iglesia de la
Conceição de la Playa, a las 10h y sigue en dirección a la
Iglesia de Bonfim, con la finalidad de lavar no sólo el atrio,
como las impurezas morales. Además de las bahianas,
sigue el cotejo una multitud que, después del lavado, se
queda en las tiendas bebiendo, comiendo y bailando.

 

 

 

Tríos Eléctricos, típica y tradicionalmente subidos a
camiones, a través de altoparlantes (hoy, equipos de audio
de última tecnología) llenan de música los alrededores,
donde todo el pueblo baila festejando al Pai Oxalá.

 

 

 

Antiguamente, también era lavado el interior de la iglesia,
toda la nave principal de la misma, pero más tarde la curia
prohibió esa parte de la conmemoración, y el lavado quedó
reducido al atrio y las escalinatas de entrada al templo
católic

 

 

 

La leyenda (Itan) que llevó al pueblo de Candomblé
de Bahía, primero, y luego a convertirse en una festividad
popular, donde religiosos y laicos se mezclan para disfrutar
de la festividad, tiene, por supuesto, a Oxalá como
protagonista.

 

 

Oxalufã era el rey del Ilu-ayê, la tierra de los ancestros,
en la antigua África.

 

 

Él estaba muy envejecido, curvado por la edad y
caminaba con dificultad, apoyado en un gran cayado,
llamado opaxorô.

 

 

Un día, Oxalufã decidió visitar a su viejo amigo Xangô,
rey de Oyó.

 

 

Antes de partir, consultó a un babalaô, el adivino,
preguntándole si todo iba a transcurrir bien y si su viaje
sería para felicidad.

 

 

El babalaô le respondió:

 

 

"No haga ese viaje!

 

 

Porque estará colmado de incidentes desagradables y
acabará mal."

 

 

Pero, Oxalufã tenía un temperamento obstinado, y
cuando realizaba un proyecto, nunca renunciaba.

 

 

Le dice, entonces, al babalaô:

 

 

"Decidí hacer este viaje y lo haré, suceda lo que suceda!

 

 

Oxalufã le preguntó además al babalaô,

 

 

si ofrendas y sacrificios mejorarían las cosas.

 

 

Éste le respondió:

 

 

"Cualesquiera que sean sus ofrendas, el viaje será
desastrozo."

 

 

Y le hizo además algunas recomendaciones:

 

 

"Si tu no quieres perder la vida durante el viaje,

 

 

deberas aceptar realizar todo lo que te pidan.

 

 

Sin quejarte de las tristes consecuencias que advenirán.

 

 

Será necesario que lleves tres paños blancos.

 

 

Será necesario que lleves, también, jabón y barro de la
costa."

 

 

Entonces Oxalufã partió, lentamente, apoyado en su
opaxorô.

 

 

Al cabo de algún tiempo, encuentra a Exu Elepô, Exu
"dueño del aceite de dendê."

 

 

Exu estaba sentado en el cordón de la vereda,
con un gran pote lleno de dendê.

 

 

"Ah! Buen día Oxalufã, cómo está la familia?"

 

 

"Oh! Buen día Exu Elepô, y la suya como está?"

 

 

"Ah! Oxalufã, me ayudaría a colocarme este pote
en el hombro."

 

 

"Si, Exu, si, si, lo ayudo con placer."

 

 

Pero de repente, Exu Elepô torció el pote sobre Oxalufã.

 

 

Oxalufã, siguiendo los consejos del babalaô, se mantuvo
tranquilo sin reclamar nada.

 

 

Fue a limpiarse en el río más próximo

 

 

Se pasó el barro de la costa sobre el cuerpo y se vistió
con un nuevo paño;

 

 

aquel que usaba quedó cerca del río, como ofrenda.

 

 

Oxalufã retomó el camino, andando con lentitud,
apoyado en su opaxorô.

 

 

Dos veces más se encontró con Exu.

 

 

Una vez, con Exu Onidu, Exu "dueño del carbón";

 

 

Otra vez, con Exu Aladi, Exu "dueño del aceite de
carozos de dendê."

 

 

Dos veces más, Oxalufã fue víctima de las trampas de Exu,

 

 

ambas semejantes a la primera.

 

 

Dos veces más, Oxalufã sin quejarse soportó las
consecuencias.

 

 

Exu se divirtió a expensas suya

 

 

sin conseguir apartarlo de su calma.

 

 

Oxalufã cambió, de esta forma, sus últimos paños,

 

 

dejando en la margen del río los que usaba, como
ofrendas

 

 

 

Y continuó con coraje su camino, apoyado en su opaxorô

 

hasta que cruzó la frontera del reino de su amigo Xangô.

 

 

Kawo Kabiyesi, Sango, Alafin Oyó, Alayeluwa!

 

 

"Saludemos a Xangô, Señor del Palacio de Oyó,
Señor del Mundo!"

 

 

Luego, Oxalufã avistó un caballo perdido que
pertenecía a Xangô.

 

 

Él conocía al animal, pués había sido él quien, hacía
tiempo, le ofreciera.

 

 

Oxalufã intentó amansar al caballo, mostrándole una
espiga de maíz, para amarrarlo y devolvérselo a Xangô.

 

 

En ese instante, llegaron corriendo los empleados del
palacio.

 

 

Ellos estaban persiguiendo al animal y gritaron:

 

 

"Miren, el ladrón de caballos!

 

 

"Miserable, amigo del bien ajeno!

 

 

Cómo cambiaron los tiempos; robar a esa edad!!

 

No hay más ancianos respetables! Quién lo diría?
Quién lo creería?"

 

 

Cayeron todos sobre Oxalufã, cubriéndolo a golpes.

 

 

Ellos lo agarraron y lo arrastraron hasta la prisión.

 

 

Oxalufã, acordándose de las recomendaciones del
babalaô,

 

 

permaneció quieto sin decir nada.

 

 

No se podía vengar.

 

 

Uso de sus poderes, desde el fondo de la prisión.

 

 

No llovió más, la recolección estaba comprometida,
el ganado diezmado;

 

 

las mujeres estériles, las personas eran víctimas de
dolencias terribles.

 

 

Durante siete años el reino de Xangô fue desvastado.

 

 

Xangô, por su lado, consultó un babalaô,

 

 

para saber la razón de toda aquella desgracia

 

"Kabiyesi Xangô, le respondió el babalaô,

 

 

todo esto es consecuencia de un acto lamentable.

 

 

Un viejo sufre injustamente, preso hace siete años.

 

 

Él nunca se quejó, pero es la fuente de todas las
desgracias!"

 

 

Xangô hizo venir a tal anciano delante suyo.

 

 

"Ah! Pero vean solamente! - gritó Xangô.

 

"Eres tú, Oxalufã! Êpa Baba! Exê ê

 

 

 

Ah! tú Oxalufã, en la prisión! Êpa Baba!!

 

 

No puedo creerlo, y ademàs , preso por mis propios
empleados!

 

 

Hey! Todos ustedes!

 

 

Mis generales!

 

 

Mis caballeros, mis eunucos, mis músicos!

 

 

Mis mensajeros y jefes de caballería

 

 

Mis cazadores!

 

 

Mis mujeres, las madres!

 

 

Hey! Pueblo de Oyó!

 

 

Todos y todas, vestidos de blanco en respeto al
rey que viste de blanco!

 

 

Todos y todas, guardaros silencio en señal de
arrepentimiento!

 

 

Es preciso lavar a Oxalufã.

 

 

Todos y todas, vayan a buscar agua al río!

 

 

Es preciso lavar a Oxalufã!

 

 

Êpa Baba! Êpa, Êpa

 

 

Es preciso que nos perdone la ofensa que le fue hecha!

 

 

 

Este episodio de la vida de Oxalufã es conmenorado,
a cada año

 

 

en todos los terreiros de candomblé de Bahía, en el día
de "las Aguas de Oxalá"

 

 

Cuando todo el mundo se viste de blanco y va a buscar
agua en silencio,

 

 

para lavar los axés, objetos sagrados de Oxalá.

 

 

También, con la misma intención, todos los años,
en una quinta feira

 

 

una multitud lava el piso de la Basílica dedicada al -
Senhor do Bonfim - que,

 

para los descendientes de africanos de otros tiempos

 

 

y sus descendientes de hoy, es Oxalufã,

Êpa, Êpa Baba!!!

Regla de Ocha


Palo Mayombe


Cultura Yoruba


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